Change the language

lunes, 20 de enero de 2014

Desahogándome sin salir del agua (tres: la realidad improsperable)

ADVERTENCIA: esta entrada está escrita con una ortografía medianamente aceptable, raro de ver en este blog. ¿por qué está tan mal escrita? porque es para descargarme, y tengo una mala costumbre de que tengo que decirle a alguien cómo me siento, alguien de confianza. Hoy, ustedes, los lectores, serán los que lean mi estado de ánimo. Disfruten, bastardos.


   ¿Por qué preocuparme pensando en ella cuando en otro continente, a miles de kilómetros, se encuentra una hermosa mujer holandesa recogiendo flores en un campo colorido? ¿por qué darle tantas vueltas a un asunto que debería de haberse cerrado hace ya un tiempo, como si de un caso en la corte se tratase?

   Tenía otro par de preguntas más para ustedes, infelices carentes de materia gris, pero decidí dejar los cuestionamientos para mi mismo y mi peligrosa contraparte que ahora duerme como un bebe. Es tan tonto como una persona puede llegar a importarte tanto, creo que el querer es un sentimiento que los seres humanos poseemos por el simple hecho de que no todo pueden ser campanas sobre campanas. Algo malo teníamos que tener, un defecto de fábrica, como dicen por ahí vosotros mismos, ingratos con sonrisas falsas. ¿Que el querer es un sentimiento extremadamente hermoso? pues en parte lo es, pero por otro lado es una daga con doble filo, un barril de 2-dimetil-4-fenil-4,4,6-ciclohexanotrienol (y por cierto, eso existe realmente), entre otras guarradas que mi mente vomita de a poco como si fuera un ebrio detrás de un puesto de comida chatarra a las dos de la mañana.

    ¡Me duelen los ojos! la re-puta que te parió, pedazo de boluda, indecente, innenarrablemente bella, asquerosa entidad que no está a mi altura, que jamás me entenderá... y que no sé por qué me sigo empeñando en buscar. Quizás no deje de hacerlo, o bueno, la última palabra a veces no la tenemos nosotros. Hace un rato estaba por cometer una estupidez (no, bestia de dos patas que lee esto, no iba a suicidarme), me puse mi tan amado suéter negro, cogí la pequeña lata y salí a mi balcón. Allí solo miré la civilización durante unos minutos, regresé, y acá estoy, no mucho después, desahogándome públicamente después de varios meses. ¡Qué suerte tienes de que no lo hice! sucia, cochina, malhablada, hermosa, bruja, mal... no sé de qué otras formas llamarte; pero te odio.

   Luego de masturbarme vorazmente como si fuera día de acción de gracias, decidí poner una almohada sobre mi cabeza, tapando mis párpados cerrados de la luz artificial que emana de la bombilla de mi habitación. Ahora agilizo el paso de mis letras, pero no dejo de sentir lo mismo que sentí al momento que me despedí de ti; no sé si te necesite realmente, quizás esa imagen que me enviaste hace no mucho no aplique para mi como para ti. Si no estuviera cansado, irritable, con la espalda encorvada, las voces familiares cerca mío molestándome innecesariamente, y demás factores: me haría daño. Si, más allá de consumir drogas, llorar, lamentarme como el perro enfermo que alguna vez fui, me haría daño físicamente para reafirmar cuan importante eres para mi (seguramente sabes y recuerdas de memoria el nombre de la única persona por la cual me he hecho daño de manera negativa, y si, ella y solo ella tiene ese título, que no es muy de portar con orgullo). 

    Voy a decirte lo que siento y lo que más me pone enojado que venga de tu parte, hay cosas que ya sabes, pero hay otras que son el doble de estúpidas o "pavadas" como tú prefieres llamarlas, y que me afectan de igual forma, y tal vez más. Primero, nada de comillas a menos que de verdad lo requiera algo, de resto "ODIO LAS COMILLAS". Segundo, tu humor es tan básico y carente de Sátira real que solo tu en tu mundo lo entiendes, me recuerdas a Calamardo cuando, en un episodio de Bob Esponja, actuaba tocando su clarinete en un show para recaudar fondos en el Krustáceo Kascarudo; y cuando salía a escena, nadie aplaudía, no era un acto interesante, ¿has visto ese episodio? bueno pues algo así eres tú; y aunque no lo creas esas pavadas tontas que tu llamas "BROMAS", me duelen realmente, en el fondo es como si plantaras una semilla en mi Sistema Nervioso y fuera creciendo a una velocidad casi de récord, y cuando llega a una cierta estatura, tu plantación me consume el buen humor, la alegría y la fe en ti. Básicamente es así. Tercero, eres algo Hipócrita aunque quizás no te des cuenta de eso. No quiero dar ejemplos y poner pruebas, pues las ganas de pensar se me van, pero yo sé lo que digo, "CRÉEME" (? (?

   Por ahora no se me ocurre más nada, pero hey, ¡qué hago yo escribiéndote esto a ti! si esto es un desahogo, volvamos al inicio. ¿De qué me sirve seguir pensando en ti para que de un momento a otro todo parezca irse por la borda? ¿por qué seguir sintiendo cosas lindas? ¿para qué seguir yendo todas las noches a dormir pensando en ti? es ridículo, la vida no tiene sentido y ya lo sabes, pero peor aún es... es ese hecho, la muerte. Cuando muramos ya todo se habrá acabado, aunque nuestro destino sea irnos juntos a la tumba, solo seremos huesos que posteriormente se convertirán en polvo, y ese polvo acabará en los estómagos de ciertos insectos. Estaremos separados, porque no sabemos que hay más allá del túnel, y si podamos verlo tomados de la mano. Es todo tan tonto, estas palabras serán opacadas por otras mucho más ingeniadas en una entrada mejor, y entonces pasaré por acá sin ser escuchado, como buena parte ha pasado en mi corta vida. Mi irritabilidad ha disminuido en algo, pero eso no quita que mis pensamientos tan egocéntricos y prepotentes me nublen de lo que siento o quiero dejar de sentir, y puede que deba agradecerlo, puesto que me estoy dando cuenta de algo que ni a mi me agrada: tal vez no eres la chica para mi. ¿Y si tengo razón, y el destino solo nos hizo coincidir en esta vida de lejos? ¿y si jamás llegamos? ¡pero es que a dónde habría que llegar! si dentro de un siglo ambos estaremos bajo tierra. 

   No pensé que esto fuera tan corto, quisiera que esta publicación terminara siendo Vietnam en medio de la guerra, pero me quedaré con las ganas. Espero que lo leas, y pues creo que ya me siento algo mejor, más calmado... pero el ceño sigue fruncido. ¡Feliz días o felices sueños a tod@s!

-El misántropo autor. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario