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sábado, 18 de abril de 2015

Los "poetas" modernos


   No voy a argumentar que la creación artística es exclusiva para quienes nacieron merecedores de un don divino, porque no es así. Personalmente (y nunca mejor dicho tratándose de), todos tenemos la capacidad para crear arte en alguna de sus formas; algunos en más de una. Pero tener dominio de un campo artístico y, necesariamente, ser visto como artista por ojos ajenos, no es cualquier cosa. 

   El debate de lo que es arte y de lo que no viene desde hace siglos. Con el nacimiento de las vanguardias (siglo XX), las belicosas, sucias y hermosas olas del mar artístico han llegado a las orillas de la post-modernidad con un aspecto, por así decirlo, indefinido. Y es que el arte siempre ha sido así: indefinido. Hoy en día todo lo que implique un trabajo técnico considerable recibe ese nombre, ese adjetivo. Mal. Mal. Patético. Incorrecto. Imperdonable. 

   No todo es arte, ni mucho menos, pues no todo lo que brilla es oro. Con esto último, quiero entrar de lleno a hablar de un tema, sin reparo por lo imprescindiblemente subjetivo que debe ser y es. 

   Estoy a favor de que los niños y jóvenes encuentren, desde la temprana edad, su camino. Si algo es un hecho, es que el arte nos rodea, hasta el punto de que las especulaciones sobre si somos creaciones artísticas o algo menos asombroso recorren, como susurros temerosos, los oídos revolucionarios. Revolución... rebeldía, discordancia, parecen los principales síntomas de la mentalidad del adolescente actual. Eso o sexo, sexo y sexo. 

   Malcriados ciegos que quieren "tumbar el sistema", retazos de retraso duro que salen despedidos como balas de las cabezas huecas y MALDITAMENTE condicionadas de jóvenes que se autodenominan "raros", "diferentes" y a veces: "raro no, diferente". Santa Madre Purísima e inmaculada antes, durante y después del embarazo... que está bien que las tribus urbanas se estén o masificando para crear una gran montaña de desperdicios, o definiéndose más que nunca, pero ¿por qué esa necesidad de expresarse por medio de las letras?


Entonces mejor no decir nada, ¿eh?

   Les comentaré algo de mi ideología; algo en serio: la libre expresión debe ser limitada. Por tanto, no ha de ser libre. ¿Indignados? ¿En desacuerdo? Bien, por esto es que la Humanidad nunca ha conseguido vivir en paz. Como dije al principio, la creación artística no es exclusiva del que puede pintar una Mona Lisa desnuda con los pies, o del que puede unir las nueve sinfonías del tipejo ese alemán con los ojos cerrados, ni mucho menos. Pero no todo es arte, ni siquiera lo que parece o tiene basamento en. No, mal. Patético. Incorrecto. Imperdonable. Creo que quienes se esfuerzan realmente dentro de un campo artístico concordarán conmigo en que, muchas veces, existe gente con un triunfo no merecido. Hay gente que ha podido hacerse con un nombre dentro de la música, o que ha publicado varias obras literarias. Hay gente cuyos cuadros u obras plásticas son exhibidas en museos o vendidas a precios desmoralizadores, y que, claro, no dan la talla al ser medidas con el trabajo de antaños artistas. 

   Este, creo yo, es otro problema. Nos creemos en la capacidad de juzgar o decidir qué sí y qué no, como si hubiera un canon que, viéndose incumplido, desvirtualiza el lecho artístico provenido del contexto donde nos hallamos. Esta es la época de la juventud chupada y esclavizada por la tecnología, en resumidas cuentas. No mencionemos el sinfín de problemas por los que pasa el mundo y nuestra raza; hagamos hincapié, en todo caso, de lo que está condicionando gravemente el futuro, que es la juventud y su situación. 


Catarsis total, sin duda

   Me parece completamente patético, sin juicio, irrespetuoso, que cualquiera pueda abrirse una cuenta de Twitter y le caigan miles y miles y cientos de miles de seguidores como borregos. Borregos de ambos sexos y hasta trisexuales que babean e idolatran a estos seres cuya "buenaventura" es copiar y pegar frases o minitextos con temática poética. Se les toma de profundos, de conocedores y abiertos, mas les toca palidecer cuando la realidad les golpea. Bueno, esto último pasa más bien poco. Generalmente cualquier idiotez contextualizada a esta época y a las modas, como los temas sexuales, disque románticos (rayados, trillados y meados), nostálgicos (pensamientos suisidazzz de chamacos con severos problemillas) y una gama que no sale de lo que básicamente esté de moda en Occidente, ¡TRIUNFAN! Tienen visitas, pulgares arriba, difusión. Pensarlo no provoca lo mismo que verlo, porque realmente, lo último que necesitamos ahora es que la subnormalidad en función a la libre expresión reine. Lo último que necesitamos para nuestro progreso es que el resultado de década y media de cambios (buenos y malos) se globalice y tenga el visto bueno. 


Más profundo que la garganta de Sasha Grey

   Acción Poética, la caricatura esa del niño que hace versos; esos movimientos poéticos cuya calidad es equivalente a un cartón de leche vencida, dejan ver lo que está dominando entre los jóvenes. ¡Y ojo!, que hay muy buenas promesas en la literatura, pero lo que mueve masas, mueve al futuro. Así de simple. Repito, no pasa nada si las subculturas están confabulando entre ellas para revolucionar los medios de comunicación y el alcance de estos, o para exponer las fallas de cada una y la mediocridad de forma individual, pero vamos, ¿no podrían decidirse por otra rama del arte clásico para estropear? No quiero ver a la literatura padecer el mismo destino que la música. Me desanima, considerándome un escritor "de verdad".


Aquí algo romántico, previsible
Y aquí pues... el reflejo de un genio


   Para concluir propondré una solución. Si desean escribir, escriban a mano, en hojas o en un cuadernito que siempre lleven. Llenen y llenen hasta haber expuesto una filosofía y estilo de vida neoromanticista barata. Y luego, cuando su legado en letras esté hecho, no lo suban a Internet. Calmadamente pongan el cuadernito en una mesa, busquen un mazo con pinchos y descarguen toda su frustración inculcada por la sociedad y el sistema en él. Muelan sin piedad las atesoradas hojas como molerían a la autoridad, destruyan hasta la mesa, ¡hinchen sus venas con ira y rompan sus inservibles palabras! ¿No lo creen más factible? 


Un resumen de la entrada


— El misántropo autor.