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lunes, 24 de febrero de 2014

Tonterías de medianoche


   Al escribir las primeras palabras de esta entrada son las 10:40 pm en mi país. Es temprano, la verdad. Seguramente esto será publicado en Internet y, tras ser leído por no más de 30 personas, caerá en el olvido. Así es con prácticamente todo lo que escribo, y no es que le de una importancia bestial al hecho de no tener tantas visitas como otros blogs que conozco, en realidad, es una de las cosas que menos me importan a estas alturas. El último par de semanas me he centrado en ver el comportamiento de mis allegados tanto en Internet como en la vida real, y en lo primero, especialmente, he tenido mucho que ver. Primero por el hecho de que en la red se dicen muchas cosas que en el mundo de afuera la gente se calla, o se muestran ciertas actitudes de la gente que, en las calles, prefieren ocultar. Esto sobre todo se refiere a formas de pensar. La gente de hoy día utiliza Internet como un espacio para desahogarse de la gran cantidad de "problemas" con los que cargan en su vida diaria, haciendo caso omiso u olvidando tonta e inocentemente que cuando le den click a publicar, eso queda, por más que a los cinco minutos lo hayas borrado. No creo estar yendo a ningún lado diciéndoles esto, pues muchos ya lo saben. 

   Mi torpe introducción de arriba fue parada en seco voluntariamente antes de que se me fuera la idea principal de la cabeza. Le estoy empezando a perder el disfrute a ciertas cosas, el sentido de hacerlas o de vivirlas. Quizá el sentido de vivir, como tal. Voy a decirlo ya, una de las personas a las que me he dedicado a leer constantemente es Gabriel Cabezas, conocido como Gabriel "Skafé", él, hasta donde yo recuerdo, ha tenido cuatro o cinco cuentas en la red social ask.fm, y tras entrar a su primera cuenta (actualmente inactiva, mas no cerrada), y leer algunas de sus antiguas respuestas, y luego entrar a su cuenta actual y seguir leyendo, simplemente llegué a la conclusión de que ese joven siempre ha sido como es. Seco, indiferente, despreocupado, algo introvertido (este rápido y subjetivo análisis tiene sus bases gracias a lo que Internet deja ver sobre él). Luego me vi a mi, cambiante, a veces complaciente y amargado, otras reservado y cerrado, limitando a las personas con las que convivo. Ahora solo, solo no sé, siento que paso por una serie de cambios psicológicos que terminarán en algo no muy agradable para mis seres queridos, pero a mi me da igual, simplemente, me da igual. 

   Recuerdo cuando escribí esta entrada, y creo que desde entonces los cambios anteriormente mencionados han empezado a cuajar dentro de mí, sin embargo ahora son notorios, más fuertes, constantes. Ahora mismo, 11 de la noche, tengo poco sueño y mis ojos están entrecerrados, me siento neutro, neutro con respecto a la mayoría de las cosas e indiferentemente desinteresado con respecto a otro pequeño grupo de temas. Puedo simplemente mandar a la mierda de manera sarcástica e "inteligente" a cualquiera que ose a hablarme ahora mismo (disculpad la mala palabra, quise decir que los mandaría a defecar). No tengo intenciones de imitar estilos de vida ajenos; pienso que nuestro paso por el mundo es muy corto como para copiar tan descaradamente a alguien mas, pero tampoco me esfuerzo demasiado por ser la persona más original que conozco. Simple y llanamente me limito a mantenerme al margen de muchas cosas ahora. Lo que sucede en mi hogar, en mi país (aunque en esto específicamente si decido levantarme y hablar), los estudios, las consultas con los doctores, mi higiene personal incluso (ojalá no penséis que soy un vagabundo, pues no es así, al menos no en el sentido peyorativo de la palabra). 

   Un fiel caballero de la Mesa Alejandrina escribió esto, y me llamó bastante la atención, disfruté mucho al leerlo. Este joven ha reencontrado el sentido que tiene su vida, el que siempre tuvo, quizá por obra del destino. Hasta hacía poco lo había olvidado, parece, tras varios incidentes que le hicieron pasar un mal rato. El punto es que cuando lo leí intenté analizarlo, y lo hice, me encontré con que yo no he dado con el sentido que tiene mi vida, no le he concebido un sentido realmente. Claro, sé por qué estoy vivo, sé por lo que vivo, y sé cuando podré descansar en paz, pero no sé que propósito tengo, cuál es la misión principal. Porque una cosa es tener un sueño, metas, objetivos, y otro es tener una misión predilecta, un propósito único de cada ser humano. Quizá deba centrar mi tiempo a partir de ahora en buscar eso, en vez de preocuparme todos los días por llegar temprano a la escuela, por enorgullecer a mis padres, por ser una persona considerablemente "de respeto" en esta sociedad mediocre, por tener más que otros, por hacer lo que otros hacen y ser complaciente. Sí, he pensado en eso, he pensado en darle otro rumbo menos atareado y más Hakuna Matata a mi existencia. No sé si esto sea un desahogo, como esos que escribo muy de vez en cuando y con menos frecuencia aún decido publicar, ya que como dije al principio de esta entrada, uno nunca sabe a dónde puede parar o quién puede leer. Creo que no. Creo fuertemente que este será otro grito ahogado de auxilio, otra orgía de oraciones que forman párrafos que serán leídos y, tras no más de cinco minutos, olvidados. Olvidados por todos, quizá hasta por mí mismo. Pero nada pierdo con intentar, así que, si llegaste hasta este punto, te pido que intentes recapacitar tú también. O que leas este texto de nuevo cuando te sientas decaído, o cuando tu rumbo ya no sea claro. Nunca sabes quién puede estar a la vuelta de la esquina esperándote para cambiar tu vida. 

   Bueno, ya me cansé, y aún no es media noche para cuando he terminado esto. Una hora me tomó, soy bien, bien lento. Felices pensamientos, lectores.


- El misántropo autor.
P.D: la imagen es una redundancia. Toma un par de segundos darse cuenta.






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