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sábado, 12 de diciembre de 2015

Soy superior a todos


  Como ya sabemos, ya que firmemente lo sostengo: la mujer no puede escribir. Pero esta entrada tiene un sentido más amplio que limitarme a repetir una ideología con distintos disfraces una y otra vez. No. Qué poco profesional. Qué poca materia gris. Seguro muchos se estarán burlando, otros estarán prendidos en rabia o indignados. Indignadas, mujeres. Sí, lo sé, he sentido todo eso contra mí. ¿Pero quieren saber por qué no me duele sino que, por el contrario, me alimenta? 
  
   Nada de ser un troll. Es más complejo que eso. Tan complejo como el planteamiento estratégico a seguir para mantener bajo control a los negritos en los campos de algodón. Pasa y resulta que soy superior. Sí; soy muy, muy superior a ti. A ti, que lees; a tu madre, a tu padre, a cualquiera de tus amigos o profesores. Soy superior a todos:

Los que usan traje.
Los que tienen ideas originales.
Los que embarazan a sus novias.
Los fetos muertos que abortan esas novias.
Los que practican religiones.
Las feministas.
Las hembristas.
Los homosexuales.
Los humoristas.
Mauricio Macri.
"Pepe" Mujica.
Mexicanos, incas, quetzales y/o cualquier etnia indígena. 

   En fin, superior a todo ser viviente. Vertebrado, autótrofo, de cualquier reino, inclasificado, sobrehumano, sobrenatural, etcétera etcétera. Pueden apostarlo, y claramente no me van a creer, ¿verdad? No, debo demostrar porqué soy superior a toda cosa viva o muerta que esté ahora mismo en el planeta. Es una regla de 3 tan simple como que John Green es una bazofia: ¿quieres que algo quede claro? Demuéstralo.

   Soy superior a ti (sí, a ti), porque mi intelecto ya se estaba desarrollando a pasos agigantados cuando tú corrías por el patio tras la pelota o jugabas a las muñecas. Mientras tu infancia se basaba en cagar de pie y mirar a los Power Rangers, yo gestaba mi futuro cual Dexter, pero sin el laboratorio. Solo el genio. El gran genio que a día de hoy podría retorcer tu columna con la mirada. Ese genio que juega el papel de laxante eterno de todos los seres humanos; débiles, idiotas, poca cosa. 

   Es así, fácil y tan pancho. Soy un ente que está más allá de la comprensión científica, artística, compleja de una raza que por milenos ha buscado respuestas a las que nunca podrá acceder. Porque no son como yo. Porque son inferiores a mí. Sí, hablo contigo. Hablo de ti. Soy como tu padre cuando te regañaba por decir groserías o gritar en casa ajena. Soy la Ley de la que no puedes escapar y debes cumplir. 

Superior a los acomplejados.
Los bajitos.
Los músicos.
Los gordos.
Los pobres.
Los esclavos. 
Los latinos.

   A todos, en fin. 




— El misántropo autor


2 comentarios:

  1. Te diría que lo repitieras hasta que te lo creyeras, pero he ahí la cuestión. Ya lo crees.

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  2. Que texto más malo

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