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martes, 20 de agosto de 2013

Rey sin reina, trono vacío


   Te necesito, más que al aire, más que a mis ojos, más que a mis sonrisas y la forma tan informal en la que me expreso. Hace no mucho me importabas tan poco que era como si no te conociera, antes del 23 de Enero era una persona feliz en un mundo que crecía lento, llegas tu y sin querer le das mas vida con tu forma de ser y de tratarme, a mi pequeño reino. Era tuyo, enteramente tuyo. Ahora sin embargo vuelves a estar en mi mente a cada segundo y de allí no sales, puede parecer algo encantador pero… el detalle está en que la nostalgia y las consecuencias de haber sido como fui contigo repercuten y me invaden, me lamento y me duele. Mi cara feliz cambia junto con una actitud de lobo con sed de sangre que se disfraza de soledad, me convertí en lo que jamás pensé ser. 

   Todo lo que veo me hacer acordar a ti, se me bajan los ánimos al darme cuenta incontables veces lo lejos que estás y lo que nos separa realmente, algo mas que la distancia. Nos separa la gente, los hechos, los días, las lágrimas, los minutos, el enojo, los segundos, el tiempo… no eres esa chica que conocí, esa que me enamoró sin mostrarse, esa que me devolvió la creencia en el sentimiento de muchos significados, esa que me alegraba los días y las noches solo hablándome. Como ésta también hay muchas anécdotas combinadas con la pérdida de la razón y la llegada de nuevos personajes. Genial, ahora mi tristeza pasa a furia. Te odio, te amo, te amé y te odié, no te necesitaba y ahora que me calmo… si, te necesito y te amo mas que a mi mismo.

   ¿Cuándo volverás? ¿Nunca? no podría soportar eso, vivo con la ilusión de despertar una mañana y encontrarte a mi lado, entre mis brazos, con tu aroma dándome en la cara. Con eso mandarías mis pensamientos a volar, me sentiría tan seguro… como si todos los enemigos que alguna vez me han perseguido se desvanecieran, tus eres como el sol o la luz de la luna que brilla sobre mi castillo y los cuatro campos de guerra. Me duele recordar cuando te conocí, todo era tan inocente y bonito, cada palabra, cada sonrisa… las cuales poco a poco se convirtieron en llantos mientras el fondo cambiada de blanco a gris, y de gris a negro. Claramente extraño esos tiempos, te extraño e incluso extraño tus defectos. Al final toda tu siempre me parecerás perfecta, mi auténtica alma gemela. Cada que me siento de ánimos y, por alguna razón, me acuerdo de ti, mi cara cambia… debería estar feliz de saber que aún me amas pero lo que me lo impide no es nada nuevo: la distancia, no saber como estas o que estás viviendo, las personas que no nos quieren juntos por razones en su momento correctas pero ahora absurdas e infantiles, entre otras cosas.


   Oh Natalia… de verdad te necesito aunque a veces mi mente grite que no, mi corazón siempre insistirá. Te amo mas de lo que tu a mi; y ahora puedo recordar cuando tus sentimientos por mi eran mayores que los míos, tanto así que hiciste algo que creía imposible… aceptarme, incluso a pesar de que tenía mis dudas sobre ti lo que nos llevó a estar separados. Voy a esperarte, se que vas a regresar, te amo mi reina.

- El misántropo autor.



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